14 de Abril: Por la dignidad de la República, por Marcial Tardón

14abril2016_0Nuevamente nos disponemos a celebrar otro 14 de abril para recordar el advenimiento de la República por segunda vez en la historia de España. La llegada de la misma no fue de forma casual, ni milagrosa, sino que vino precedida de un camino difícil y tortuoso en el que muchos hombres y mujeres dieron  lo mejor de sí mismos, incluso algunos de ellos dejaron su vida en la consecución de dicho ideal. No era tiempo fácil, ni la situación económica y social era halagüeña, las élites política y económica perseguían con brazo de hierro cualquier disidencia que se alejara del status establecido por la corrupta y caciquil monarquía borbónica instaurada en 1876 mediante otro golpe de Estado contra otro gobierno legítimamente constituido como era el de la I República.

Fueron años en que nadie se amilanó ante las dificultades, ni sindicatos, ni partidos, ni el mundo de la cultura, ni la prensa, todos como un solo brazo actuaron al unísono para conseguir traer un nuevo horizonte que hiciera desaparecer de una vez por todas la miseria, la incultura, la intolerancia y la beatería de un país que secularmente había sido pasto de una élites que lo administraban como un cortijo sin contar con nadie, sometiendo a los habitantes de España a la humillación y al desprecio, y lo que es más grave, la mayoría de las veces a la miseria.

No hubo dudas que aquella situación era insostenible, no existía la menor tentación de solucionar tan graves problemas con una mísera reforma del sistema monárquico, se sabía y se tenía conciencia que la ruptura era el único camino digno y válido para terminar con un sistema pútrido que había carcomido los cimientos del país entero y era un lastre para solucionar los gravísimos desequilibrios sociales y económicos a los cuales necesitaba dar una respuesta España, fuera de los estrechos límites del sistema de la restauración.

Ante dicho dilema no hubo contemplaciones, ni grandes palabrerías encaminadas a dejar nuevamente sentados en sus cómodos sillones a los mismos que durante siglos había hecho de su capa un sayo. No hubo la más mínima tentación de arrodillarse a sus propuestas lastimeras. Alfonso XIII en un intento desesperado de perpetuarse en su trono, destituyo al dictador Primo de Rivera, nombrando a otro espadón al frente del gobierno, al general Berenguer, para intentar mediante una pirueta burlesca volver al mismo patio de Monipodio en que había convertido España. Ante tan rastrera propuesta hubo un solo corazón para avanzar hacia el sistema republicano, desde el Pacto de San Sebastián, pasando por el fallido levantamiento de Jaca, al frente del cual estuvieron dos valientes militares, Fermín Galán Rodríguez y Ángel García Hernández, que pagaron con su vida dicho intento, hasta la “Agrupación de Intelectuales al Servicio de la República”, en la cual figura lo más granado del momento cultural de la época, como Antonio Machado, Ortega y Gasset, Justino de Azcárate, Alfonso García Valdecasas, Juan Díaz del Moral, Bernardo Giner de los Ríos, etc. De ahí el triunfo de la conjunción republicana-socialista en las elecciones municipales de 1931, de ahí la frase del general Berenguer “España se acostó monárquica y se ha levantado republicana”.

Hoy debemos aprender de estas lecciones de la historia, no podemos olvidarlas, ni dejarlas en un rincón. Es más, deben servir de guía y aliento a todos los que luchan cada día por una forma republicana de Estado. No podemos caer en el “buenismo”, como hacen algunos nuevos abanderados del cambio que se reclaman de izquierdas, no basta con frases grandilocuentes, ni con el teatro del esperpento, es mucho más que todo lo anteriormente expuesto, se trata de trabajar para conseguir un cambio real y verdadero giro que de voz a los sin voz y salida a todos aquellos que se encuentran atrapados en las garras de los poderosos.

Si no trabajamos por salir de esta crisis sistémica, con propuestas audaces, que partan de una ruptura verdaderamente democrática con la monarquía borbónica heredera del genocida Franco y que traigan un verdadero proceso constituyente que alumbre un sistema republicano, que se sustente en bases populares, si no caminamos por esta senda, no haremos nada más que dar aliento a aquellos que nos hunden cada día un poco más en la miseria, que cada día nos roban nuestros derechos y libertades y que convierten en papel mojado derechos universales como la sanidad, la educación y la justicia. Es por ello que debemos decir que si no rompemos las ligaduras que nos unen a este inmoral sistema, no podremos conquistar nuestra verdadera libertad.

Por ello debemos salir a la calle orgullosos de nuestras señas de identidad, no avergonzarnos de ellas, como algunos tantas veces ha hecho en un alarde de cinismo político, nosotros no somos así y por ello debemos ser claros y concisos en nuestros planteamientos y en nuestras resoluciones, pues no es hora de medias tintas, es la hora de decir alto y claro, que sin ruptura no habrá salida, por muchos circunloquios que algunos traten de vendernos. Compañeras y compañeros, por la República, siempre adelante. Viva el 14 de abril y viva la República.

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