Piden que los testigos del caso Coslada dejen de ser protegidos

Algunos testigos protegidos del caso Coslada, la presunta corruptela que estalló en mayo de 2008 en el seno de la Policía Local, podrían perder su condición de protegidos. Al menos, así lo pretende alguna de las partes, que intentan que los juzgados les aparten de esa categoría. Si esto ocurriera, se correría el peligro de que, por miedo, estas personas decidieran dar marcha atrás después de nueve años de instrucción. El asunto aún no ha llegado a juicio, un extremo que se viene dilatando en todos este tiempo por continuos cambios de jueces y recursos, sobre todo, por parte del principal acusado, el exjefe del Cuerpo, Ginés Jiménez Buendía.

Uno de los casos más llamativos de intimidación a una testigo lo protagonizó el delincuente rumano Emanoil Ioan Nache, de 36 años. Fue condenado a un año de prisión por el juzgado de lo Penal número 4 de Alcalá de Henares por obstrucción a la justicia.

Ocurrió el 12 de enero de 2013, poco antes de las once de la noche. Faltaban entonces 12 días para que la víctima, una hostelera de Coslada, declarara en el juicio al que fue sometido Jiménez, conocido como el «Sheriff Ginés», precisamente por obstrucción a la justicia.

Con violencia

Fuentes judiciales indicaron a este periódico que en la vista oral contra Nache, quedó probado que el rumano acudió al club que regentaba. Y lo hizo precisamente porque sabía que la mujer era una de los testigos de cargo protegidos contra el exoficial de la Policía Local.

El matón le exigió que saliera de la barra del local, la cogió violentamente por el brazo y la llevó hasta el almacén. Entonces, sacó una pistola de aire comprimido de la ropa, concretamente una Colt MK IV Governmet, con apariencia de ser un arma de fuego real. La encañonó con ella y la amenazó: «¡Vengo de parte de Ginés y ahora vendrán más compañeros a por ti!». Entonces, Emanoil Ioane Nache abandonó el establecimiento, pero se quedó a las puertas, vigilando.

La retirada de la condición de testigo protegido para esta mujer y para otras supuestas víctimas de Ginés y del grupo de policías locales autodenominado como «El Bloque de Coslada» podría suponer, según las fuentes consultadas, que temieran por su integridad física.

Y, por lo tanto, no mantuviesen sus testimonios contrarios a los encausados y que tanta importancia tienen de cara al cada vez más cercano juicio de la pieza principal.

Condena a Jiménez

Finalmente, el expolicía fue sometido a juicio y, dos meses después, fue condenado a un año y medio de cárcel por el juzgado de lo Penal número 13 de Madrid. Jiménez Buendía recurrió el fallo, pero la Sección 15ª de la Audiencia Provincial lo confirmó en marzo de 2015. Entró en prisión, pero no era la primera vez que dormía entre rejas. Ya lo hizo durante seis meses de manera preventiva cuando estalló el caso Coslada.

En enero, este periódico informaba de las últimas novedades en torno a el «Sheriff», que se encuentra en régimen de tercer grado: otro juzgadoconfirmaba su expulsión contra su expulsión de la Policía Local, al llevar la mencionada pena de año y medio una accesoria de «inhabilitación especial para empleo o cargo público, que produce la privación definitiva del empleo o cargo sobre el que recayere».

La Fiscalía de Madrid le solicita 23 años de cárcel por los delitos de extorsión, amenazas, cohecho y tenencia ilícita de armas.

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