1º de Mayo 2017. ¡Lo queremos todo! Toda la riqueza es de la clase obrera

Una mafia internacional, disfrazada de demócrata, tienen a la humanidad  sometida a vivir agobiada de problemas e insuficiencias, en un mundo desbordado de riqueza y de avances científicos y técnicos. Avances, con los que se podría lograr aún más riqueza, siempre entendiendo la riqueza, en un sentido de calidad, de respeto y de cuidado de la naturaleza.

Ya en el siglo 19, loxs mejores, las personas más conscientes (ANARQUISTAS Y COMUNISTAS), denunciaban el egoísmo de una clase de la humanidad, que explotaba a otros seres humanos sobre la base de un afán competitivo y por ello, destructivo de puestos de trabajo.

A día de hoy, solo 10 millones de indivíduxos (o sea, el 0,014% de la población mundial) acumula nada más y nada menos que, entre el 85 y el 90%  de la riqueza total del planeta, (según organizaciones como Oxfan Intermón). Es decir 7.400 millones de personas que somos la humanidad menos esos 10 millones, sólo poseemos entre todxs, el 10 o el 15% de toda la riqueza y a más desigualmente.

¿Cómo es posible que esta ridícula minoría se haya apropiado de casi la totalidad de la riqueza mundial y domine, someta y humille a la inmensa mayoría?

Tiene su explicación, no siendo fácil hacerlo de forma breve. No obstante hemos de decir, que esta acumulación en tan reducida cantidad de personas ya fue teorizada por Marx y Engels en la segunda mitad del siglo XIX. De modo que existen muchos libros donde se muestran  multitud de explicaciones.

Por tanto, no es cuestión de tratar de darlas desde esta página o de cualquier otra,  una vez más, sino desde cada unx de nosotrxs; principalmente desde la juventud. Pues tiene delante de sus narices un presente que le está planteando enormes dificultades y peor aún, un futuro por delante terrorífico al que le va arrojando este sistema, enfermo de contradicciones y de aberraciones. Y es que, quienes lo controlan y dirigen, son grupos de gente sin sentimientos humanitarios, avaros  de posesión y poder.

Por eso, cuando más medios (y por ello posibilidades) tenemos de poder vivir  mucho mejor cada día que pasa, resulta que nos están obligando a vivir con más problemas, con más dificultades y con más peligros medioambientales y de conflicto nuclear.

El desempleo en el capitalismo ya es perenne, el trabajo que se genera, mayormente es precario, los salarios en sintonía, (no se llega a fin de mes) y se sigue desahuciando a familias de sus viviendas. Así mismo, las pensiones actuales han perdido un alto poder adquisitivo y con este sistema no habrá futuras pensiones porque no se podrá llegar a poder cotizar ni el tiempo ni la cantidad económica que han impuesto. Por otra parte nos están quitando también los servicios sociales públicos más esenciales, como son la sanidad, la enseñanza, las ayudas a la dependencia y otros.

De modo que, no sólo es necesario quitar de en medio a esa ínfima minoría que nos divide, nos enfrenta, nos explota, y nos humilla. También es posible. Se trata de tomar conciencia del despropósito aberrante y de la necesidad de organizarse y luchar. Y, por el contrario del extremo de mentiras y de injusticias, en él que nos sitúan los minoritarios dictadores; debemos de plantear verdades, exigiendo que lo queremos todo, porque todo lo conseguido es nuestro; es del conjunto de lxs trabajadorxs.

Por J. Estrada Cruz

 

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