En junio de 2024 se cumplen diez años de la coronación de Felipe de Borbón. Una manifestación el domingo 16 quiere poner las bases para la República de este siglo.
El 2 de junio de 2014, decenas de miles de personas salieron a la calle para pedir un proceso constituyente. Ese día había llegado el anuncio por parte de la Casa Real de Juan Carlos de Borbón de que el jefe de Estado desde noviembre de 1975 abdicaba a favor de su hijo Felipe de Borbón. Se trató de una convocatoria incardinada en el movimiento 15M, que se extendió en varios puntos neurálgicos del país: la Puerta del Sol en Madrid, la Plaza de Catalunya de Barcelona, la Plaza del Pilar de Zaragoza, la Plaça de l’Ajuntament de Valencia, la Plaza Arriaga de Bilbao o la Plaza Nueva de Sevilla se desbordaron con el mensaje de “queremos decidirlo todo”, que apuntaba a la forma de Estado y, unida a ella, a una demanda de mayor democracia.
El 19 de junio de ese año, la coronación de Felipe de Borbón se producía según lo previsto. Primero, recibió el Fajín de Capitán General, que lo convirtió desde entonces en jefe supremo de las Fuerzas Armadas. Solo entonces se dirigió al Congreso de los Diputados, que fue rodeado simbólicamente por miembros de los ejércitos. Felipe de Borbón, vestido con el uniforme de gran etiqueta del ejército, fue recibido por los presidentes del Congreso de los Diputados y del Senado e hizo juramento ante las cortes.
La celebración de esos primeros diez años de reinado dará pie a costosos fastos por parte de las instituciones pero también a una convocatoria que se pretende masiva para abrir paso a la República del siglo XXI. La cita es el 16 de junio de 2024 en Madrid. Ha sido lanzada desde los Ateneos Republicanos de Vallecas y Rivas Vaciamadrid y el Ateneo Popular de Carabanchel, y se presentará el 31 de octubre, con motivo del juramento de la princesa Leonor de la Constitución española, paso previo a que se sancione la ley de sucesión a la corona que situará a la princesa, por derecho de nacimiento, en la jefatura del Estado.
Se trata de una convocatoria basada en tres negaciones y una afirmación. Se rechaza la monarquía como fuente inagotable de corrupción, como institución patriarcal y como opuesta al principio democrático, “porque niega la capacidad del pueblo para dirigir el Estado”, señalan los impulsores de la iniciativa. La afirmación es que, como en el siglo XIX y el XX, es posible llegar a una República, desde la idea de que “se puede profundizar en un mayor nivel de democracia en este país”, defiende Alejandro Pérez, uno de los implicados en este plan.
Pérez, del Ateneo Republicano de Vallecas, defiende un proceso largo, a ocho meses vista de movilización: “con paciencia, con tiempo, con antelación; vamos a informar a los distintos colectivos que se sienten republicanos”. El objetivo es una protesta que devuelva el protagonismo a las calles tras un periodo en el que la movilización está en horas bajas: “Las causas de la abdicación de 2014 siguen ahí —defiende Pérez— ha habido un cierre en falso”. No se habla todavía de cifras, pero la apuesta es que esté abierta a varias generaciones, a cientos de organizaciones y a personas de todo el territorio, también independentistas.
Calamidad histórica
El reinado de Felipe de Borbón, que llegó en un momento de protesta social que hizo inevitable la salida de su padre, primero de la jefatura del Estado y después incluso del país, ha transcurrido en un tiempo turbulento, marcado por su posicionamiento político en relación al conflicto de Catalunya. El 3 de octubre de 2017, el jefe de Estado emitía un discurso duro, que marcaba una línea a seguir a la mayoría conservadora de jueces, medios de comunicación y partidos políticos. Como resultado de ese acto de rechazo a gran parte de la sociedad catalana, las mayores protestas contra Felipe de Borbón se han producido en Barcelona, especialmente con motivo de sus visitas, la primera tras aquel discurso en el año 2018, y la más sonada tras la sentencia del Procés, en 2019
Desde los ateneos populares madrileños se resalta la capacidad que un movimiento republicano fuerte en el conjunto del Estado puede tener para interlocutar con los movimientos independentistas, y republicanos, en el País Vasco y Catalunya. La posibilidad de la República pasa por alianzas democráticas y por una idea de un futuro sin el tapón que supone la casa Borbón, apuntan los impulsores de la iniciativa. “No hay que dar por asumido que por una calamidad histórica tenemos que aguantar una monarquía”, finaliza Pérez.
En el resto del Estado, la bajada de las protestas sociales han ido de la mano con la primera década de reinado de Felipe de Borbón. La gira de éste y de Letizia Ortiz en 2020, tras el covid-19 y en la vorágine de los escándalos, y su fría acogida, muestran que, pese a que no hay muestras de rechazo visible, el reinado de Felipe de Borbón tampoco genera un sentimiento de adhesión renovado con respecto al de su padre. La encuesta de la Plataforma de Medios Independientes de 2020 señaló que una mayoría de la población (40,9% de la población) optaría por la República en un hipotético referéndum. Más reciente, un estudio de Imop para El Confidencial mostraba números similares. La cifra de simpatizantes de la República no baja, en los distintos estudios, del 40% de la población, una buena base numérica que las entidades organizadoras de la protesta del 16 de junio de 2024 pretenden movilizar.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/republica/mayor-manifestacion-republica-decada-tiene-fecha-prevista
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