¿Qué hacer por Palestina?

Escribimos Gaza y cada letra es una canción desesperada. Palestina es la voz que clama en el desierto.

Theodor Adorno afirmó que “escribir poesía después de Auschwitz es un acto de barbarie”. Es cierto. Algo de la belleza y de la bondad del mundo se perdió en aquel sumidero de la historia. ¿Y ahora? Mientras asistimos al genocidio que está perpetrando el estado israelí, ¿podemos escribir versos? ¿Podemos cantarles nanas a nuestros hijos? ¿Podemos bailar con nuestros amigos? ¿Contar chistes? ¿Escuchar el trino de los pájaros como si tal cosa? O sea, ¿qué podemos hacer antes de ser consumidos por la rabia y la impotencia o de convertirnos en estatuas de sal?

No es fácil responder. Vivimos en el desconcierto. Nos despertamos cada día esperando la última fanfarronada de los fantoches que gobiernan el mundo. Pero lo primero que podemos (debemos) hacer es informarnos. Existen muchas formas. Podemos leer a gente como Ilan Pappé, el historiador que mejor ha desmontado los mitos del sionismo. O a Norman Finkelstein, que ha denunciado la obscenidad de utilizar el holocausto como excusa para justificar los crímenes cometidos contra la población palestina. O a Gideon Levy, que no ha dudado en calificar de fascista al gobierno de Netanyahu. Los tres son israelíes. Se juegan el pan y la vida por decir simplemente la verdad. ¡Hay tanta gente valiosa que nos presta su mirada, su oído y su inteligencia para que podamos entender lo que está pasando! Ahí, en primera línea de fuego, tenemos a toda una legión de heroicos y heroicas periodistas palestinos. Podemos acceder a sus reportajes en el perfil de X Palestina Hoy. Ahí tenemos a Olga Rodríguez, Mónica García Prieto, Fran Sevilla… Y ahí mismo, delante de nuestras mismas narices, en las pantallas de nuestros televisores, podemos ver, sin necesidad de levantar las nalgas de nuestros sofás, documentales tan clarificadores como No other land, que recibió un Óscar en esta última edición. Por cierto, hace tan solo unos días uno de sus codirectores fue detenido y apalizado por soldados israelíes. No importa: a fin de cuentas, por mucho Óscar que le hayan dado, no deja de ser un puto moro.

Sin información no hay criterio, no hay luz. Lo que pasa es que saber a veces duele. Entre otras cosas porque incomoda, porque compromete, porque nos pone ante el espejo de nuestras insuficiencias como personas y como seres sociales. Pero el conocimiento es imprescindible para avanzar. El 14 de mayo viene a Albacete Jesús Núñez, posiblemente nuestro mayor experto en mundo árabe. Hablará sobre La aspiración de la paz en plena convulsión planetaria. Nos os lo perdáis. La ignorancia es el silencio de los corderos. Es la paz de los cementerios.

Podemos hacer más cosas. Nuestro carro de la compra es un carro de combate. Consumir es un acto político y social. Podemos boicotear productos israelíes o aquellos que procedan de empresas que colaboran con el gobierno genocida. Por ejemplo, en algunas grandes superficies venden patatas cultivadas en tierras arrebatadas a los palestinos. Son patatas de sangre. Pues es muy sencillo: que se las metan por el trasero. En serio, si no queremos alimentar al monstruo, si no queremos contribuir al sufrimiento ajeno, no compremos las marcas que aparecen en la guía de BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones): https://www.bdsmovement.net/es/Guide-to-BDS-Boycott.

En fin, somos ciudadanos y ciudadanas de a pie. Somos gotas de agua, pero juntas somos lluvia. ¡Podemos hacer tantas cosas! Podemos colaborar con organizaciones que trabajan sobre el terreno, participar en campañas, difundir información… Y podemos acudir a las innumerables manifestaciones y concentraciones que se convocan cada día por toda España. El próximo 9 de abril tenemos una en Albacete, a las 20:00 en el Altozano. La organiza Albacete con Palestina. Quien pueda ir, que vaya. La otra gran metáfora sobre Auschwitz, además de la de Adorno, se debe a Primo Levi, que dijo algo así como que, si había existido Auschwitz, no podía existir Dios. Bueno, Dios lleva ya mucho tiempo desaparecido… Pero, ahora, en Palestina lo que está a punto de desaparecer es la Humanidad misma. Ni más ni menos. Pues bien, en nuestras manos humildes y trabajadoras está que no lo haga del todo.

 

 

@CPuenteMadera

 

 

El Colectivo Puente Madera está formado por Enrique Cerro, Esteban Ortiz, Eva Ramírez, Elías Rovira y Javier Sánchez.

 

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