Cuando los ordenadores del PP se convierten en una prueba judicial… desaparecen

Matías de Diego | eldiario.es
Desaparecen, se pierden en mudanzas, acaban siendo formateados una treintena de veces, o se rompen a martillazos. La relación del Partido Popular con los ordenadores nunca ha sido buena, sobre todo cuando son prueba judicial durante la instrucción de los casos de corrupción o en las causas contra algunos de sus dirigentes.
El último en desaparecer ha sido el viejo portátil en el que Pablo Casado, el pasado 10 de abril, decía guardar los cuatro trabajos con los que aprobó su máster: «Tengo toda la documentación guardada (…). Yo soy bastante de guardar cosas, [los trabajos] estaban en un ordenador portátil que tenía entonces y ya no utilizo». Cuatro meses después, cuando la jueza que instruye el ‘caso Máster’ ha pedido al Tribunal Supremo que reclame a Casado la entrega de la máquina, el PP lo veía «difícil» porque habían «pasado muchos años».
En su exposición razonada al Supremo, la jueza Carmen Rodríguez-Medel solicitó al tribunal que requiriera al presidente del PP para que entregase el «ordenador portátil antiguo» para que la Policía Judicial pueda comprobar la antigüedad de esos trabajos y «si han sufrido modificaciones».

«¿Cuánto tiempo dura un ordenador en casa de una persona?», se preguntaba en una entrevista en Antena 3 la vicesecretaria de Comunicación de los populares, Marta González, cuestionando la opinión de la jueza. Por entonces, González veía «difícil de solventar» la entrega del ordenador, pero 24 horas después matizaba sus palabras diciendo que había sido un «comentario un tanto gratuito» al que no había que darle mayor importancia.
Poco después de conocerse la decisión de la jueza de trasladar el caso al Supremo, Casado aseguró que colaboraría con la justicia, aunque preguntado sobre si estaba dispuesto a entregar su viejo ordenador, optó por no aclarar nada: «Colaboraré como vengo haciendo hasta ahora, pero de esta cuestión ya he dado suficientes explicaciones y no voy a dar ninguna más. En un Estado de Derecho no hay que demostrar la inocencia, sino que alguien tiene que demostrar la culpabilidad y en este caso no se está haciendo así, se está invirtiendo la carga de la prueba».
Cifuentes: entre cajas y mudanzas
Otro de los desaparecidos ilustres del ‘caso Máster’ es el ordenador portátil con el que Cristina Cifuentes dijo haber hecho el Trabajo de Fin de Máster (TFM) que sigue sin aparecer. Cinco meses después de que eldiario.es desvelase que la expresidenta madrileña había obtenido su título de posgrado con notas falsificadas, sigue sin haber el más mínimo rastro de ese trabajo.
«Me gustaría, indudablemente, poder encontrarlo [el TFM] o poder encontrar el ordenador en el cual yo hice ese trabajo, que era un ordenador portátil», aseguró Cifuentes en su declaración ante la jueza que instruye el caso. La expresidenta madrileña dijo haberlo buscado en «muchas cajas» que tenía en su despacho de la Puerta del Sol, en su casa, «en un trastero» y «en casa de un familiar» después de «varias mudanzas».
 
Bárcenas o cómo borrar un disco duro 35 veces
¿Hace falta formatear 35 veces un disco duro para borrar su contenido? Para el Partido Popular, sí. Tras el estallido del caso Gürtel, eso fue lo que hizo el informático del partido con los discos duros del extesorero Luis Bárcenas: los formateó más de treinta veces y los rayó hasta destruirlos.
Según Luis Bárcenas, era en esos discos duros en los que guardaba la información sobre la caja B de los populares. Unas declaraciones que la jueza Rosa María Freire, encargada de instruir el caso, ha dado por buenas: «No existen razones fundadas para dudar de su testimonio acerca de lo que almacenaban en los discos duros de sus ordenadores».
Donde la jueza hablaba de «sistema de borrado más drástico», apreciando delitos de encubrimiento y de daños informáticos, Mariano Rajoy aseguró que los informáticos habían seguido el comportamiento «habitual». El 11 de diciembre de 2017, el expresidente del Gobierno defendió que los acusados de haber destruido los ordenadores de Bárcenas habían actuado «como habitualmente se comporta la gente en una circunstancia como esta». Según la jueza, los destruyeron «a conciencia».
Recurriendo a una supuesta «pérdida de imparcialidad», el PP intentó deshacerse de la jueza Freire por ser «afín al PSOE». Su intento quedó en nada cuando la Audiencia Provincial de Madrid aseguró que no había ningún motivo para apartar a la magistrada del caso.
Tras la condena por la primera etapa de la Gürtel (1999-2005), que acredita la caja B de los populares durante esos años, el PP espera a que se celebre el juicio oral por la destrucción de los ordenadores del extesorero.
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