Por M. Relti
Si exhumamos a Franco ¿qué hacemos con Pelayo, con los Reyes Católicos, con Lenin y con Napoleón?
Adolfo Suárez Illna, hijo de quien fuera ex presidente del gobierno y organizador de la operación de la “transacción política”, dice ahora que si se acaba con los símbolos franquistas hay que terminar también con los republicanos. No ve razón por la que haya que retirar a Franco de su macro mausoleo del Valle los Caídos, porque el “caudillo” forma parte de nuestra historia. Agrega que la “Constitución del 78” ha sido la mejor de nuestra historia, omitiendo que el tramposo de su padre evitó consultarle al pueblo español si deseaba una República o una monarquía porque las encuestas de entonces revelaban que la opción monárquica resultaría perdedora.
El hijo del ex presidente del gobierno de la extinta UCD, Adolfo Suárez González, al que el nuevo presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha puesto al frente de la “Fundación Concordia y Libertad “, manifestó al periódico ultraderechista “La Razón” que si se retiran los símbolos del franquismo debería hacerse lo correspondiente con aquellos otros que representan los valores republicanos.
El vástago del ex presidente, que responde al nombre de Adolfo Suárez Illana, hizo un sorprendente razonamiento para explicar cuál era la razón que hace injustificable tratar de acabar con el macromausoleo del Valle de los Caídos:
“Si pretendemos despojar de cualquier honor a cada dirigente que no haya sido demócrata, ¿qué hacemos con Pelayo o con los Reyes Católicos? ¿O hay que derruir Los Inválidos en Francia porque alberga los restos de Napoléon? ¿O el mausoleo de Lenin? La historia de todos los países está plagada de enfrentamientos. Franco y sus adversarios son parte de nuestra historia e intentar borrarla o abrir unaComisión de la Verdad, es un gran error”.
El político derechista indicó, asimismo, que “la inmensa mayoría de los españoles” reconoce la Constitución del 78 “como la mejor Constitución de nuestra historia”, que nos ha permitido a todos vivir “una prosperidad compartida” .
En una acrobática pirueta de presunta ingenuidad , Suárez Illana agregó sin que se le cayeran los anillos, que puede haber gente que le eche la culpa a esta Constitución de nuestros males presentes, “como aquellos que atribuyen los accidentes de tráfico de hoy al inventor de la rueda”, pero él se encuentra muy seguro de que se trata tan sólo de una posición muy minoritaria, que se puede rectificar si se utiliza “más pedagogía” y una intensa labor de “concienciación” para cambiar esa percepción por parte de la gente. Suárez Illana dice estar convencido de que el mausoleo a Franco no es una amenaza para la democracia, como no lo es tampoco la estatua del histórico líder obrero socialista Largo Caballero, “que no era un demócrata de pata negra…”.
“¿Y Santiago Carrillo?, con quien mantuve una amistad personal hasta el último día de su vida y que cometió atrocidades. ¿Por eso hay que borrar su memoria? En España hubo un enfrentamiento civil y en el 78 se dieron un abrazo los que ganaron y los que perdieron. Sus nietos no tienen ningún derecho a enmendar ese abrazo”.
Naturalmente a Suárez Illana, cuyos merecimientos personales no van más allá del hecho puramente genealógico de haber sido el hijo de quien comandara la “Operación de la transacción” y del recambio de una Dictadura a una Monarquía endosada de contrabando, no se le ocurrió mentar la elocuente confesión secreta de su tramposo padre, explícita en el vídeo adjunto a este artículo, en el que reconocía sin ambages que no se consultó a los españoles sobre si querían una Monarquía o una República, porque las encuestas demostraban que la opción monárquica habría sido ampliamente derrotada.
La pregunta es: ¿quién daría esa orden? ¿Un general o coronel en la reserva? Evidentemente, no.