Con la sala llena del auditorio de Cartagena, el periodista Luis Fernández-Villamea, testigo presencial de los hechos, pronunció ayer una conferencia sobre la parte oculta del 23-F organizada por la Asociación Rosas Negras. Presentada por nuestro colaborador, el profesor Francisco Torres, los asistentes tuvieron la ocasión de conocer el contenido de un tarjetón que enviaba el entonces Teniente Coronel Antonio Tejero al que El Correo de Madrid ha tenido acceso en exclusiva:
“Querido amigo Villamea:
En esta conferencia que vas a dar quiero que pongas de relieve que tomamos el Congreso, los Guardias Civiles a las órdenes del Rey, para que se pusiera un gobierno militar, pero que al ver que se convertía la cosa en una traicionesca borbonada para meter a marxistas en un Gobierno del que no se me dijo nada, no lo aceptamos.
Por eso lo nuestro fue un contragolpe del que se benefició Leopoldo Calvo Sotelo que nunca nos dio las gracias”
El profesor Torres indicó que ante los hechos del 23-F sólo hay dos posturas: la cómoda, la conveniente que se escuda en la tesis del golpe de estado contra la democracia; la de quienes consideramos que fue una jugada político-militar-institucional. Definió a Luis Fernández-Villamea, a quien conoce desde hace casi 40 años, con el que empezó a escribir artículos de análisis político, y al que le une una relación casi familiar, como un periodista de frase rápida y acerada, buen cultivador de la ironía y con una prosa de entretenida lectura: “nunca da puntada sin hilo”. Villamea estaba en la revista SEMANA, que entonces era de información, cuando se integró en la revista Fuerza Nueva, donde ha sido articulista, fotógrafo, maquetador, editorialista y durante la mayor parte de sus 51 años de existencia director. Torres comentó que renunció a tener una carrera como sus compañeros periodistas, al éxito y la fama, por coherencia ideológica para convertirse en el gran apoyo de Blas Piñar. Por eso estaba allí, en el Congreso el 23-F, y se quedó con Blas todo el tiempo pese a la oferta de dejarle salir.
Villamea recordó que para comprender el camino hacia el 23-F hay que partir de dos hechos: primero, el terrorismo, con el casi centenar de asesinados al año y centenas de heridos de los que no se habla; segundo, el fracaso del partido del rey, la UCD (una creación artificial creada para ser el nuevo movimiento que dominaría la política). Como periodista conoció todos los rumores y confidencias sobre una operación política militar que debía de poner fin a la incapacidad de Suárez y acabar con el terrorismo. “En diciembre de 1980 o enero de 1981 -revela Villamea- recibí en mi despacho la visita de un militar cuyo nombre no puedo revelar, nos alertó de esa operación concebida por el Jefe del Estado. Ya se hablaba del general Armada”. Después del 23-F, Villamea y Blas Piñar visitaron a Armada quien se volvió rápidamente a su celda militar diciéndoles: “Tenemos que hablar. Tenemos que hablar”. Lo que después no se produjo.
Villamea recordó, pues el minutaje es fundamental, que las cintas que se grabaron de las conversaciones desde el Congreso (“Yo mismo hablé varias veces”) nadie quiere saber dónde están: “en ese tiempo que va desde las 10,15, cuando el mensaje del Rey está en TVE, hasta que se emite a la 1,12 de la madrugada está todo”. Pero antes hubo un hecho clave: la negativa de Tejero a aceptar el gobierno de coalición que se le ofrecía. No lograron convencerle: “para esto o me he jugado mi carrera y 30 años de prisión”. Tejero repitió varias veces en la noche, asumiéndolo, que iba a pasar 30 años en la cárcel. “Cuando en la mañana del 24 comunicó a los diputados que iban a salir con toda normalidad reiteró que él saldría también para estar 30 años en prisión”.
El olfato de periodista lleva a Villamea a explicar lo que sucedió después, razón por la que no se conoce el contenido de las grabaciones: que “la clase política raptó al Rey” y a ello contribuyó la clase mediática. “A partir de ese día es la partitocracia la que se hace cargo del país dominándolo todo con la subvención”
¿Llegado el caso un pelotón de soldados salvará a la Constitución (y a los españoles)? El Estado Mayor ya ha…