Lidia Falcón
Mientras los dirigentes de la izquierda española discuten obsesivamente los cargos de los gobiernos que pretenden repartirse, se han producido dos acontecimientos trascendentales para el porvenir de Europa y de España. Se han celebrado las elecciones en Grecia y los jerarcas de la Unión Europea han firmado el Tratado de MercoSur con Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Colombia, Perú, Surinam y Guyana. Y ninguno de los dirigentes ni de primera ni de segunda fila del PSOE ni de Podemos ni de IU, ni del variopinto mapa de la izquierda han hecho comentario alguno sobre estos hechos.
Las elecciones griegas han dado la mayoría absoluta al candidato de derechas, de la llamada Nueva Democracia –es curiosa la tendencia de los políticos que se precian de transformar y renovar sus partidos a introducir la palabra nueva en los montajes antiguos-, que no es más que la derecha de siempre, al estilo del PP europeo y español. Ciertamente la diferencia de votos entre ND y Syritza no es más que de 4 puntos, pero ha sido suficiente para desalojar del poder a la formación más izquierdista que ganó las anteriores elecciones casi por aclamación, ante el entusiasmo de la mayoría del pueblo griego. Esta es una experiencia que debería hacer reflexionar a la izquierda española, teniendo en cuenta la identidad de ideología y objetivos que aseguró Iglesias unía a Podemos con Syritza, que aquel aseguraba en sus declaraciones públicas y que se demostró en los encuentros afectuosos que mantuvieron en Atenas los dos políticos. Leer el resto de esta página »